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Europa

Jurado declara culpable a el ‘Rey del cachopo’ por muerte de la hondureña, Heidi Paz

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El jurado de España declaró culpable a César Román, más conocido como el Rey del Cachopo, del asesinato de su expareja, la hondureña, Heidi Paz, y de la profanación del cadáver. Los nueve miembros del jurado emitieron el veredicto por unanimidad y la sentencia se conocerá próximamente.

La Fiscalía solicitó 15 años y 5 meses de prisión por homicidio y profanación de cadáver, al igual que la acusación popular que ejerce la Comunidad de Madrid, mientras la acusación particular –ejercida por familiares de Heida Paz– pidió 28 años y 5 meses de cárcel por asesinato, profanación de cadáver y maltrato.

Los integrantes del jurado consideran probado que Paz inició una relación con Román después de trabajar en uno de sus restaurantes. Ambos llegaron a compartir domicilio, y ella se quedó embarazada, aunque decidió abortar.

Poco después, ella manifestó su deseo de romper la relación y anuló la boda que tenían prevista, algo que él no aceptó, por lo que la asesinó, descuartizó el cuerpo pare evitar que fuera reconocido e introdujo el torso en una maleta.

Román trasladó esa maleta hasta una nave que tenía arrendada, donde roció el cuerpo con sosa cáustica con el fin de evitar que fuera reconocible. También le amputó las mamas, para impedir que se pudiera determinar la identidad del cadáver a través de la numeración de los implantes de silicona que tenía la víctima. Cuando la Policía encontró los restos mortales, el Rey del Cachopo huyó de Madrid a Zaragoza, donde finalmente fue detenido.

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El jurado ha tenido en cuenta numerosos elementos que sustentan el veredicto de culpabilidad. Por ejemplo, el testimonio del taxista que trasladó a Román a la nave industrial, que declaró que portaba una maleta que pesaba unos 60 kilos.

También la coincidencia entre el cuchillo hallado en la nave y los que el Rey del Cachopo tenía en sus restaurantes y el hecho de que los cortes efectuados al cadáver fueran realizados por alguien con conocimientos sobre cómo trocear carne, a juicio de los distintos expertos que testificaron durante el proceso.

Los miembros del jurado también consideran probado que el móvil del crimen fue el ansia de «dominación y control», al no aceptar Román que su víctima «no quisiera seguir manteniendo la relación sentimental».

El juicio al Rey del Cachopo quedó visto para sentencia la semana pasada, tras 14 sesiones maratonianas en las que éste defendió su inocencia, alegando en todo momento que «se han presentado indicios como si fueran pruebas». Román intervino ante el jurado de forma resuelta, en ocasiones de forma vehemente y con recursos propios de un letrado, aunque finalmente no le ha valido para esquivar el fallo condenatorio.

Una de las claves del caso fue el ADN: inicialmente, se documentó que el torso del cadáver hallado podría pertenecer a una mujer caucásica que no tenía cesáreas, a diferencia de Heidi Paz, que era mulata y tenía al menos una cicatriz de ese tipo. Ese argumento fue empleado por la defensa, pero se derrumbó cuando el ADN corroboró que el cuerpo encontrado en una maleta era de Paz y los forenses explicaron que el asesino cortó la piel posiblemente para ocultar una cicatriz que la caracterizaba.

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Otro de los indicios es la presencia de huellas de Román en ADN en las tapas de dos botes de sosa cáustica que había en la nave donde se encontró el cuerpo. Además, una de las anillas de estos botes se encontró dentro de la maleta que contenía el tronco de la víctima. La defensa de Román sugirió que la huella pudo ser manipulada por la Policía, pero la Fiscalía consideraba que era un indicio que apuntaba a la culpabilidad del Rey del Cachopo.

El Ministerio Público también apuntó como indicio sólido de culpabilidad a que Heidi usó su teléfono por última vez para llamar a César el 5 de agosto de 2018 a las 05.52 desde la zona de Legazpi y luego su móvil fue hallado en el piso del acusado en Zaragoza, tras su detención. Gracias a la información aportada por las compañías telefónicas, quedó acreditado que Paz estuvo en al casa de César Román la noche del 3 al 4 de agosto, que luego fue a trabajar y que, tras desconectarse su móvil, éste siguió recibiendo llamadas que se desviaban al buzón de voz, pero que nunca se contestaron.

Además, en uno de los móviles de Román hallados en Zaragoza había una búsqueda en internet titulada «descuartizado Usera» y, en un audio dirigido a Heidi, Román exigía a la que era su novia que «coja el puto teléfono» y añadía: «Llámame que vamos a tener un problema y serio».

Durante el proceso también quedaron de manifiesto las contradicciones en las que Román incurrió, como la de enviar cartas al juzgado a finales de 2018 y 2019 asegurando que a Heidi la había matado una banda de narcotraficantes para, posteriormente -durante la primera sesión del juicio, en Sala- asegurar que está viva. Por la sala de vistas pasaron algunos testigos que describieron a Román como un hombre maltratador y violento.

Por ejemplo, su exmujer, Natividad R.P., lo describió como un hombre violento, celoso, manipulador y controlador, quien en uno de los episodios de violencia le tiró en la calle una bombona de butano encima y en otro lanzó a su sobrina desde un taxi en marcha, mientras que otra de sus exparejas, Sara L.S., aseguró que el acusado «mató» a tres de sus perros y a otra perrita le dio «una paliza y le rompió la mandíbula» y dijo que se fue «huyendo de César» porque tuvo «un sexto sentido» que le alertó de lo que le podía ocurrir.

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Con información de 20 minutos

 

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