En un encuentro sostenido en la región norte, dijo que es urgente «revertir una tendencia que se está dando en el partido, que es esa verticalidad que hemos venido teniendo en los últimos tiempos».
Asimismo, añadió que «tenemos que horizontalizar el partido, tenemos que devolver el partido al pueblo, al nacionalismo», al tiempo que dejó claro que «yo no tengo fierro», es decir que no está sujeto a ninguna orden autoritaria.
Al respecto, sostuvo que «las decisiones se toman de manera ascendente porque yo no tengo fierro y este partido no es de nadie en particular, es de todos».
A renglón seguido, señaló que es partidario de la instauración de elecciones internas, donde «todos nos podemos quitar la tos», al tiempo que dejó claro que «no se vale llorar, aquí hay que poner el mejor de los esfuerzos, afianzarse a las convicciones y darle para delante».
Oliva se ha ido desmarcando de manera sutil de Hernández durante los últimos meses, en particular, desde que asumió la aspiración presidencial, por lo que se ha rodeado de nacionalistas de tradición y de quienes han sido ninguneados por el oficialismo.